miércoles, 21 de noviembre de 2012

Caracas TE QUIERO!!





Caracas es una ciudad horrible! la inseguridad, el tráfico, los motorizados, los interminables cerros y sus ranchos, la hostilidad, la anarquía... todo hace que esta ciudad sea un verdadero infierno.

Luego de vivir 10 años en esta ciudad entendí porque los caraqueños aman tanto "El Ávila", es que es el escape perfecto, hasta cuando estás en la Mega Cola, con los 3 millones de motorizados pasándote a mil por hora a sólo 2 cm de tu carro, y sin poder ni ver el celular, pues esta escondido en lo más profundo de la cartera “pa’ que no te lo roben”, puedes voltear al norte y allí esta... imponente, hermoso, disponible para todos: En lo que pareciera ser la peor mañana de tu vida sólo tienes que ver El Ávila y todo mejora.

Y es así como poco a poco aprendí a querer a esta extraña ciudad, de la cual no soy originaria, pero en la que me he acostumbrado a vivir...

Vivir en Caracas, es toda una travesía, ir de un sitio a otro toma como poco una hora, así que el tema con los niños no está fácil.

Poco a poco hemos tenido que adaptar nuestras rutinas para hacerlo todo más temprano, mas organizado, de forma de que esta ciudad no nos complique tanto.

Una de las cosas que “el gordo” (él insistió que le pusiera comillas porque él ya no está gordo, solo que yo le digo de cariño así) y yo nos hemos propuesto hacer, es llevar a los niños a conocer los parques de la ciudad,  y debo confesar que luego de 10 años aquí, empecé a conocer los tesoros que tenemos.

Están los más famosos como el Parque del Este y Los Próceres, que son impelables y hermosos; pero también hay otros menos concurridos como el Parque de Los Caobos, el Parque Zoológico El Pinar; Parque Zoológico Caricuao, Parque del Oeste, Los Chorros… que también son hermosos.
Para los niños cualquier excusa para salir de casa e ir a un parque es válida, lo disfrutan un mundo y no les importa mucho cual sea el objetivo final del asunto, pero todo lo que hagamos con nuestros hijos debe tener un propósito, no siempre el educativo, puede ser compartir, conocer, aprender a amar la naturaleza… no sólo debe ser “pa´ salir de la casa”

Aqui en Los Proceres

Una fuente hermosa en el Parque Los Caobos


También llevamos a los niños al teleférico y a Galipán (para el bautizo de Diego) y al ver Caracas a los lejos solo puedes decir “CARACAS TE QUIERO”, frase que repitió Gabriel como loco (bueno como es él) durante todo el trayecto de subir y bajar del cielo, perdón de El Ávila, y que me llenan de orgullo y felicidad enorme, pues él apenas con 2 años ya tiene ese sentimiento de pertenencia, que me asegura que será un gran hombre que amará este país como nosotros.
 
Todos sabemos que no todas las cosas las enseñan en la escuela, gran parte de la enseñanza la damos en casa, pues entonces  ¡Enseñemos a querer!

jueves, 8 de noviembre de 2012

Simplificando la comida




En mis tiempos de adolescente, de universitaria y en general de soltera, jamás pensé que iba a llegar a cocinar algo más que una arepa o un sándwich.  Aún más allá de casada (recién casada claro) muy poco cocine, creo que el gordo siempre tuvo miedo de morir intoxicado (jejeje).
Lo cierto es que cuando Gabriel cumplió 3 meses me propuse que toda la comida que comiera mi hijo la haría yo!! No sabía lo que decía, pues no hay nada más esclavizante en la vida que cocinar. Y ahora que tengo a 2 pues peor.

Lo cierto es que para una mamá que trabaja y vive en una ciudad tan compleja como Caracas, es muy difícil cocinar comida variada, rica, nutritiva y fresca todos los días para un total de 5 comidas al día (Desayuno, merienda, almuerzo, merienda y cena), la verdad no es que es muy difícil, la verdad es que toma mucho tiempo y como tiempo es lo que menos tengo pues he aprendido algunas cosas de la comida las cuales quiero compartir con ustedes:

1.       Es necesario realizar una planificación de lo que se va a comer a lo largo de un mes, con el fin de evitar repeticiones exageradas de un tipo de alimento, lo cual puede aburrir a los bebés.
2.       Realizar las compras cada semana y en función a los menús planificados, esto permitirá tener comida fresca todas las semanas y evita que la comida se dañe en la nevera.  Algunas frutas las compro un poquito verdes con el fin que vayan madurando en la semana y estén en el punto exacto cuando las voy a necesitar, otras frutas las compro ya maduras para utilizarlas los primeros días luego de las compras.
3.       Al llegar del mercado se lavan, pelan y cortan las verduras y frutas en las porciones que se utilizarán (en los casos que sea posible por ejemplo: apio, auyama, guanábana, mangos, patilla), algunas verduras van al congelador para ser utilizadas luego.
4.       Para realizar las sopas lo que hago al llegar del mercado es hacer la base (caldo) de la sopa con pollo o carne de res y cebolla, pimentón, apio España, celery y un poco de sal.  Este caldo lo guardo en porciones individuales en el congelador y luego las voy descongelando para hacer sopas en la medida que lo vaya necesitando, agregando los vegetales (apio, auyama, calabacín, ocumo, ñame) que quiera.
5.       Mis hijos comen mucho arroz, por lo que elaboro el arroz en suficiente cantidad una vez a la semana y allí voy tomando la cantidad que requiera para sus comidas.
6.       La carne molida y el pollo molido lo aliño (cebolla, pimentón y ají dulce picado y sofrito) y lo guardo en porciones individuales crudo en el congelador, de manera de ir descongelando sólo lo que se utiliza. 

Como verán hay mucho trabajo los fines de semana al llegar del mercado, pero luego en la semana se facilita mucho, solo hay que descongelar las porciones y cocinar… Voilá

Mi Gabo comelon

Diego eligiendo sus comidas... jejejeje

lunes, 30 de julio de 2012

Sincronizando el descanso


Quienes tienen hijos, saben que las pocas horas que éstos descansan son las únicas que disponen las madres para hacer cosas y descansar (Aunque uno crea que nunca descansa).
Gabriel desde pequeño y aun ahora que tiene 2 años, toma regularmente la siesta en el día, permitiéndome hacer cosas en casa, comer en paz y en algunas oportunidades hasta medio cerrar un ojo y descansar.

Al nacer Diego, la cosa medio se complico, aunque los niños pequeños duermen más en el día, Diego ha tenido el sueño bastante sensible y se despierta casi por cualquier cosa. (Léase cualquier cosa, como cualquier ruido que hace Gabo).

Al crecer Diego, la cosa empeoro, pues ya no le da tanto sueño y quiere pasar el día jugando.

Así que nos trazamos una estrategia que nos permita que ambos duerman al menos 3 horas seguidas después del almuerzo, y podamos aprovechar este hermoso momento de paz, silencio, tranquilidad para nosotros.

El primer paso fue elegir la hora del descanso, esta coincide con la misma hora que los niños toman la siesta en el cole cuando van a clases (en este caso solo Gabo que va al cole), la hora es después del almuerzo (tipo 12:30 pm).

El segundo paso es tratar de tenerles la barriguita llena, en el caso de Gabo que no es de mucho comer, a veces corro con la suerte que almuerce antes de esa hora, otras solo merienda y tetero.  Con Diego es sencillo pues come a las 12m religiosamente.

Tercer paso, el baño matador, la clave del éxito es darles un rico baño con agua tibia, que los relaje, los refresque y permita el descanso.

Cuarto paso, un tetero para ponerle el punto final al asunto.


En el caso de Diego debo tomar una previsión adicional, pues es muy caluroso, y debo encenderle el aire acondicionado para facilitar su descanso.
A veces esta rutina perfecta no tiene los resultados esperados, los niños están mas activos, quieren jugar… que se yo!!! Pero la mayoría del tiempo los niños alcanzan a descansar al igual que nosotros.

La satisfacción del objetivo cumplido


Hemos tratado de respetar las horas de sueño de nuestros hijos, por lo que evitamos salir de casa en éstas horas, lo que haya que hacer en la calle lo hacemos o temprano en la mañana o después de las 4pm.  Cuando salimos a esas horas, los niños se ponen irritables y terminan quedándose dormidos.

Los días que Gabriel no puede tomar su siesta, son los peores días… se pone irritable, no come, solo llora y no logra descansar ni divertirse, es por eso que soy súper celosa con la hora de descanso.  En el caso de Diego no es tan grave, pues él logra descansar a pesar que las condiciones no sean a las que está acostumbrado.



Ahora que nos vamos de vacaciones y pasaremos casi la totalidad del día en la calle, entre parques y centros comerciales, tendré que implementar nuevas estrategias para lograr que duerman.

Luego les contaré.

martes, 17 de julio de 2012

Un día de playa



Lo que yo quería de un día de playa

Desde que me mude a Caracas (hace unos cuantos años) decidí ir a la playa por lo menos una vez al mes, después de vivir tanto tiempo lejos de la costa, una vez cerca no iba a perder la oportunidad de tener el mejor bronceado. 

Tanto es mi amor al mar (cosa que comparto con el gordo) que decidimos casarnos en la playa.

Con los niños quise seguir mi rutina de ir a la playa regularmente, me encantaba la idea, les compre de todo: como 5 trajes de baños, con sus pantuflas, sandalias, juguetes y demás implementos que se requieren.

Preparar el bolso playero de los niños resulto una tarea titánica, pues no quería dejar nada que pudiera necesitar, quería llevar toda la ropa, la comida, los juguetes, cremas, bebidas… de todo. Y la cosa resulto un maletón!!!

Súmale al maletón de los niños, las cosas mías, más las sillas playeras, la sombrilla, la cava, el agua, los vasos, etc….

Llegados (luego de mil horas de preparación y tráfico) a la playa, resulto que a los niños les dio hambre, sueño, fastidio, calor, miedo… de todo, en el mismo momento en que teníamos que instalarnos en la playa. Como pudimos los atendimos para que no lloraran más y poder instalarnos.

Gabriel con su papá


Ilusa yo! Al creer que el día de playa seria un día relajado, recostada en una tumbona, tomando sol, con una piña colada en mano.  Que inocente! Mi día se pasó dando de comer, cambiando pañales, lavando manos (para que no comieran arena, lo que les atraía mucho), limpiando vómito (no se que les cayó mal, pudo haber sido la arena), durmiéndolos, es decir, todo fue un desastre.

Diego no se enteró de lo que pasaba, él solo quería tetica y dormir


Al finalizar el día de playa, reflexione junto al gordo de lo que había pasado, y nos dimos cuenta que teníamos que adaptar nuestras expectativas acerca de lo que significa un día de playa (olvídate de la tumbona y de la piña colada) y simplificar nuestros días de playa.

Así fue! Nos adaptamos, simplificamos y pudimos disfrutar de días de playa, ahora con nuevas expectativas de ver a los niños disfrutar del mar, de la arena, de su piscina… ha hecho que retomemos de nuevo nuestro amor al mar.

Descubrí además que los azules del mar y lo blanco de la arena, me da el escenario perfecto para tomar las fotos más hermosas de mis chiquititos.

Mi inspiración


En fin, todas las experiencias con mis hijos me dejan un aprendizaje, y en este caso es que hay que adaptarse, cambiar y disfrutar cada regalo maravilloso que nos da la vida.

martes, 26 de junio de 2012

Lactancia materna: Mi testimonio

El galán de la casa


Desde que salí embarazada de Gabriel fue mi sueño dar pecho, sabía de algunos de los beneficios de la lactancia materna, pero hoy estoy segura que no sabía ni el 10% de lo que debía saber.

Sin mucho conocimiento del cómo, inicie la lactancia con una pequeña charla que me dieron en la clínica unas horas después de que Gabriel naciera… con la habitación repleta de gente celebrando, yo con el dolor de la cesárea y sin ver bien, me explicaron como debía ponerlo y que le diera 10 minutos por cada pecho.

Siguiendo éstas instrucciones y con la mayor ilusión y amor del mundo empecé a tratar de darle pecho a Gabo, cosa que no dio muy buenos resultados y ante la insistencia de las enfermeras deje que le dieran formula mientras estábamos en la clínica.

La experiencia en casa no fue muy diferente, ante la incertidumbre de si el bebé comía suficiente o no, “complementaba” con algunas onzas de leche de formula.  Por otro lado trataba de sacarme la leche con el tira leche y no me salía nada, todo el mundo decía que no me iba a salir leche, me dieron (siempre con la mejor intención) 50 mil consejos de cosas de tomar para que me bajara leche (cosa que nunca hice pues no me gustan los remedios caseros). Cuando salía de casa le daba sólo tetero pues me parecía de muy mal gusto amamantar a un niño en público. En fin cometí todos los errores que se pueden cometer con la lactancia, realmente mi experiencia con Gabo solo sirvió para saber en carne propia lo que NO se debía hacer.  La lactancia con Gabriel (o el intento de lactancia) duró poco más de un mes.

Cuando me enteré que estaba embarazada de Diego dije “esta vez si será diferente” y bueno en principio lo fue, el primer día que me lo llevaron de una vez lo pegue al pecho, lo primero que trate de romper fue mi paradigma de dar pecho mientras había otra gente presente, y sin importar quien estuviera de visita di pecho, en la noche se llevaron a Diego para que yo descansara y el resultado fue que mis pechos se estaban explotando, pues él me había estimulado suficiente durante el día para que mi producción de leche aumentara.

En casa todo siguió muy bien, seguía dando pecho de forma exclusiva (a pesar del gran dolor y desgaste físico que eso representa), hasta que se me rompieron los pezones, acudí al medico quien me dijo que le podía dar formula mientras mejoraba mi situación,  paralelo a esto inició un fenómeno espantoso que no le deseo a nadie: la bendita hora de la inquietud, hora del llanto, hora del cólico o como le quieran decir (en el caso de Diego eran HORAS), así Diego a partir de las 5 pm empezaba a llorar sin consuelo y sin razón aparente, hasta 4 horas al día… cosa que enloquece a cualquiera.  Fui al medico y me recetaron diferentes medicamentos pues tenía reflujo, me cambiaron la formula, deje de darle pecho y la cosa no mejoro, regrese al medico, más medicamentos, otra formula y tampoco funcionó.
Adicionalmente Diego enfermó con Otitis y nos mantuvieron hospitalizados 3 días, en los cuales devolvía todo el tetero que tomaba, así que mi instinto materno se activo y empecé a dar pecho de nuevo y noté que no lo devolvía.

Varias personas me habían recomendado que asistiera a un centro de apoyo de lactancia, pero siempre puse de excusa el tiempo… Mi amiga MariaT estaba pasando por una situación similar a la mía y asistió a uno de estos centros y su bebé había mejorado considerablemente.

Así que pedí una cita y asistí, y realmente doy gracias a Dios por haberme llevado hasta ese lugar… era increíble todo lo que no sabía, todos los errores que había cometido, sólo quería devolver a tiempo y poder darle pecho a Gabriel, pues pude entender porque Gabo se enfermo tanto en su primer año de vida, porque tenía ese desapego conmigo… entendí muchas cosas. Pero como el tiempo no se puede devolver, salí de Leche y Miel (así se llama mi centro de apoyo a la lactancia) con la convicción de que nada haría que dejara de dar pecho a Diego de forma exclusiva al menos hasta los 6 meses.

Hoy Diego tiene 8 meses, la experiencia de lactancia materna con Diego ha sido muy gratificante, no les digo que a veces he dudado, he flaqueado, me he cansado y le he dado un tetero, pero les puedo decir que al menos el 90% de las veces le doy pecho, sin miedo, sin pena y con la convicción de que le estoy dando el mejor regalo.

Han sido muchos los paradigmas que he tenido que romper,  las veces que he tenido que escuchar “es que seguro ya no te sale leche” o “esa tetica ya no lo llena”, las noches que me he tenido que levantar a dar pecho, las veces que he tenido que dejar a Gabo para darle pecho a Diego, pero todo sacrificio tiene su recompensa, comparo con mi experiencia con Gabo y con Diego y han sido tan diferentes, pero de ambas he aprendido…

En conclusión, les quiero recomendar a las lectoras que estén por iniciarse en esta hermosa tarea que busquen ayuda profesional pro lactancia, no importa lo mucho que sepan o crean saber del tema, siempre es bueno tener a ese alguien externo que por lo menos te diga que lo estas haciendo bien y te de esa dosis de estimulo que se necesita para seguir adelante.

Nadie me mira con tanto amor como Diego

martes, 12 de junio de 2012

El nacimiento de Diego


 El embarazo de Diego fue una maravilla, casi ningún malestar, engordé menos, me sentía súper bien, sólo el cansancio de la barriga más el de trajinar con Gabriel.

Todo listo para la llegada de Diego: maleta, logística de Gabriel (que estaría en el cole para no perturbar su rutina), recuerdos, brindis,  regalo de Gabriel, todo estaba listo. Solo me preocupaba que volviera a tener el problema de visión que había presentado en la primera cesárea, le manifesté a mis médicos esta preocupación y tomaran todas las previsiones del caso.

La experiencia de la cesárea fue totalmente diferente, ya sabía lo que iba a pasar y tenia la ansiedad controlada, el anestesiólogo me explicaba cada cosa que iba a hacer y como me iba a sentir, el gordo pudo acompañarme de nuevo, todo fue más relajado… finalmente a las 10:23 AM del 14/10/2011 Diego llegó al mundo mientras escuchábamos en el quirófano “Rabiosa” de Shakira.

Esta vez si pude ver cuando me acercaron a Diego, estaba tan feliz, el milagro se había materializado, lo besé, me lo quería comer… que momento tan hermoso. Diego llegó para completar mi vida, en ese momento sentí que no necesitaba más nada…

La primera vez que vi a mi Diego, que felicidad!!

  • Como mujer fue una gran afirmación poder concebir un bebé sin ayuda de la ciencia.
  • Como madre la oportunidad de darle a Gabriel un compañero de vida, aprendí de mi experiencia con mi hermano, que tenerlos es un regalo para toda la vida, el amor de hermanos es hermoso.
  • Tener una pareja de varones, tan hermosos como mis hijos, es súper rico, se que siempre me van a cuidar y a proteger.


Saludando a la camara
La recuperación fue súper rápida, casi de inmediato me llevaron a la habitación y pude tener a Diego en mis brazos, darle pecho por primera vez (con la convicción de que esta vez si lograría tener una lactancia exitosa), sólo me preocupaba la reacción de Gabriel cuando viera a su hermano, ya habíamos tratado de prepararlo para ese momento, pero no era garantía que lo asimilaría bien.

Tardó horas en llegar, la ansiedad me estaba matando, todos nuestros amigos y familiares estaban allí, y al fin llego Gabo, que por supuesto no tenía la más mínima idea de lo que pasaba, no entendía porque yo estaba en esa cama, que tenia cargado y porque no podía jugar con el.
La Familia Ceballos Sanabria reunida, mi sueño hecho realidad
Igual reacción fue cuando llegamos a la casa con Gabriel, trato de acercarse, pero yo tenía tanto miedo de que le hiciera daño a Diego, que escasamente dejé que se acercara.

Poco a poco se ha hecho la idea de que Diego esta en casa y que ya no toda la atención es para él, ha tenido varias fluctuaciones en su comportamiento y hemos entendido que es normal por todos los cambios que está atravesando, además siempre le exigimos más, queremos que sea “el hermano mayor” pero resulta que él también es un bebé.

Mis chiquitos adaptándose a compartir
El caos que representa tener un bebé nuevo en casa se sumo al caos que ya significaba tener a Gabo… y ahora es el caos total; pero nos hemos ido adaptando maravillosamente a esta experiencia, aceptando y aprendiendo, esas son las dos cl

Comprando, planificando, decorando ando otra vez!!!


Yeeeiiii!!! La noticia del embarazo ya asimilada era perfecta, estar embarazada me encantaba… ya saben me gusta ser el centro del universo, y con el tamaño de mi cintura lo era… jejeje

Preparativos de nuevo para el viaje, pensaba en el millón de cosas que me iba a comprar, hasta que el gordo me dijo que hiciera un inventario de las cosas que había dejado Gabriel y que estaban en buen estado para no comprar tantas cosas nuevas (aprovechando que venía otro varón), yo muy obediente hice mi inventario, contraste con la lista de cosas que necesitaba y decidí lo que iba a comprar.

Tal fue la preparación para las compras que  hasta llevamos menos maletas al viaje y planificamos menos días de compras, ¡Que ilusos! En cuanto llegue a la primera tienda un espíritu se apoderó de mí y volví a comprar “como loca”; cada tanto se acercaba el gordo y me recordaba la lista y yo trataba, en la medida que podía, de justificar que eso estaba ahí en la lista… jejeje.

Pero realmente no fui tan exagerada, sí había aprendido algo de mi experiencia anterior.  Además ir de shopping con Gabriel (que ya caminaba) y con Diego (en la barriga) no me rindió tanto como en otras oportunidades, los horarios eran más ajustados, tenía que parar cada tanto para darle comida a Gabo y para que él se entretuviera con algo, pues se aburre horrores en el centro comercial.

Luego tuve el reto de meter todas las cosas que había comprado en un espacio donde escasamente cabían lo que había, así que tuvimos que desincorporar algunas cosas de la habitación de los bebés y planificar nuevo mobiliario para almacenar mas cosas.

Profundice mi gusto por el “animal print”, por las jirafas y demás animales de la selva, así que todo lo de Diego resulto en esa línea

El proceso fue sin lugar a dudas más concienzudo y con mayor éxito que el primero, ya habíamos aprendido algunas cosas, fue así como logre meter las cosas de los bebés en una sola habitación y con la ventaja de que era otro varón la decoración no varió mucho.

Adaptando la habitación de los chiquitos

Y sucedió el milagro

Unos meses después del nacimiento de Gabriel, asistí a mi consulta planificada con Vicente (mi ginecólogo) en la cual él normalmente habla de planificación familiar, conociendo mi antecedente de infertilidad primaria él decidió que en nuestro caso no deberíamos tomar ninguna previsión al respecto y que cuando quisiéramos tener otro hijo tendríamos que optar por un in Vitro de nuevo.

Pasaban los meses con Gabriel (apenas 7 meses) y yo seguía adaptándome a él y haciendo dieta para tratar de volver a mi ansiado peso. Empecé a notar que hacía un par de meses no me venía la menstruación, lo que atribuí al estrés, descontrol hormonal, incluso a la dieta… y esperaba tener tiempo algún día de ir de nuevo a donde Vicente para que me revisará.

Me preocupaba más aún, que a pesar de comer solo pollo, piña y lechuga, mi barriga no bajaba… estaba pesando lo mismo hace un par de meses, y sentía que moría de hambre… La nutricionista dijo que me había estancado en el peso y que debíamos hacer una “dieta de choque”, es decir, 2 días de frutas y vegetales, “OMG” pensé “¿cómo hago para comer por dos días solo frutas y vegetales?” y tratando de descubrir como lo haría lo pospuse por un par de semanas.

Coincidieron éstos hechos con un viaje a San Cristóbal para asistir al cumple de mi bello sobrino Andrés, en donde por supuesto la dieta quedo en el olvido degustando la gastronomía andina que tanto añoro y los postres de mi mami…. El resultado una barriga aun mas grande, un hambre que no me permitía seguir la dieta y 2 meses sin regla… así que pensé que podría estar embaraza, pero al mismo tiempo pensé que no era posible, pues yo no podía concebir bebés de modo natural. Me hice todas las pruebas de embarazo posibles, de farmacia, laboratorio, sangre, orina… unas negativas y otras positivas.

La prueba de sangre nos sacó de todas las dudas, le dije al gordo cuando fue a buscar el resultado “Llámame cuando tengas el resultado porque me estoy muriendo de hambre y quiero saber si me puedo comer una arepa” jejeje era todo lo que me preocupaba en ese momento. Y así fue, el gordo llamó para decirme “Hazte tu arepa porque estás súper embarazada” ¿Qué? Yo solo escuche AREPA, así que fui a comer sin asimilar la noticia.


Prueba de embarazo de farmacia, resultado: POSITIVO
Prueba de sangre en el laboratorio, resultado: POSITIVO

Pasaron algunos días para que realmente pudiera procesar la idea, una tarde llamé desconsolada al gordo, pues ahora si estaba confundida… primero no estaba preparada para la llegada de otro bebé (Gabriel tenía apenas 9 meses) y segundo YO NO PODÍA TENER BEBÉS ¿Cómo era posible estar embarazada? Mi gordo siempre tan bello me dijo “Dios vio lo bueno que somos como padres y decidió darnos este regalo”.

Y así fue, fue nuestro regalo, nuestro milagro de vida.

Dar la noticia del embarazo fue lo mejor, guardamos el secreto hasta el bautizo de Gabriel (un par de semanas después de enterarnos), mi mamá estaba en casa y veía con preocupación como rompía “la dieta” a cada rato y como estaba cada vez más gorda (tan bella mi mami nunca me dijo nada).

El día del Bautizo de Gabriel, ya con 9 semanas de embarazo, nadie lo sabía aún...
El día del bautizo, con todos nuestros familiares y amigos reunidos para el brindis, el gordo entre lágrimas (para variar) dio la noticia “ESTAMOS EMBARAZADOS”, hubo una conmoción en toda la sala, nadie podía creerlo, fue un momento maravilloso para todos.

Es así como hoy por hoy doy fe de que los milagros existen, yo tengo 2 milagros de carne y hueso: Gabriel y Diego.

jueves, 31 de mayo de 2012

Y ahora qué?

Mi experiencia con niños, antes de Gabriel, se limito únicamente a verlos en foto y a saludarlos mientras sus madres los cargaban (es decir, no sabía nada de nada), siempre pensé que el instinto de madre y la naturaleza me ayudaría con la crianza, sin embargo, decidí prepararme para ese momento.

Mi preparación fue larga, planificada y concienzuda, tenía todo lo que imagine podía necesitar, leí libros y artículos, compartí experiencias con mis amigas… sentía que estaba lista; pero realmente fue solo una sensación, pues no estaba lista para lo que pasaría después del nacimiento de Gabriel.

Luego de pasados los primeros días en donde tantas emociones me embargaban, tuve un choque con la realidad, la realidad de amantar por primera vez sin tener la más mínima idea de lo que estaba haciendo, la de cambiar pañales una y otra vez (sin saber tampoco lo que estaba haciendo), la de alimentar a un bebé que quería dormir, o de tratar de dormir a un bebé que quería comer… bueno un caos total, lo poco que pensé que sabía se vino al piso.

Afortunadamente siempre hay gente a mi alrededor que me ayuda, mi gordo y mi mamá fueron esenciales para mi en ese momento, gracias a ellos y la familia del gordo, Gabriel ha podido sobrevivir todo este tiempo en manos de una mamá primeriza como yo.

La llegada de Gabriel es un hito en mi vida, nada volverá a ser como antes, tampoco deseo que sea así, mi vida de ahora es un caos, paso las 24 horas del día corriendo pero son 24 horas felices.
Lo que aprendí en los primeros meses de vida de Gabriel:

  • Dar pecho es una actividad que requiere preparación y apoyo del entorno (luego tendré una entrada para profundizar en el tema)
     
  • Todas las personas saben más que uno sobre bebés, por lo que debemos escuchar y recibir de la mejor manera todos los consejos que nos dan, sin embargo, debemos confiar en nuestros instintos y hacer con nuestros hijos lo que creamos más conveniente.
     
  • Cambiar pañales es una actividad altamente especializada que sólo se domina con mucha práctica (jejejeje)
     
  • Siempre dicen que uno debe tratar de descansar mientras el niño duerme, pero pensándolo bien me doy cuenta que si el bebé como cada 3 horas, uno tarda una hora en darle de comer, media hora sacándole los gases y la otra hora y media haciendo las cosas que hacías con tu vida antes del bebé (cocinar, comer, lavar teteros, bañarse)… pues no queda mucho tiempo para descansar.
     
  •  Mi cuerpo JAMÁS volverá a ser el mismo (debo repetirlo mil veces para entenderlo)
     
  • Entre todo el caos, el cansancio, el sueño y la lloradera, es una etapa hermosa, muy corta que pasa volando, por lo que debemos valorarla y tratar de “disfrutarla” de la mejor manera posible.
     
  • Mi mejor consejo es que si Gabriel pudo sobrevivir a mí (como madre) cualquier niño lo hará, no importa que tan desastrosa sea su mamá.

Gabriel en su 1er mes


El Nacimiento de Gabriel

El día que nació Gabriel había mucha gente a nuestro alrededor acompañándonos y esperando ese momento anhelado por todos, el gordo pudo entrar al quirófano y ver de primera mano todo el nacimiento, luego lo dejaron pasar a ponerle el primer pañal y darle calor para que se adaptara mejor a su nuevo medio.

Yo por otro lado trataba de recuperarme de la cesárea, que no fue para mí una experiencia agradable ya que tuve un pequeño inconveniente que me dejo con la vista nublada unas cuantas semanas…. Pero eso no empaño ese primer encuentro con mi Gabo, tenerlo en los brazos me hizo entender muchas cosas:
  • Me hizo valorar el amor que me tiene mi mamá, siempre supe que mi mamá me quería (y mucho; siempre lo demuestra), pero sólo en ese momento comprendí como es el amor de una madre, es infinito, es puro, incondicional, es único… y desde entonces he tratado de valorar cada minuto que comparto con mi mami.
  • También me hizo entender lo que es el amor de pareja, ese amor tan grande que siento por mi gordo y el cual dio fruto a ese ser tan maravilloso, que llena cada segundo de mi existencia.
  • Hizo comprender que es el amor, el amor mas allá de mi, el amor mas allá de la vida… ese mismo amor que siente Dios por nosotros y que permitió que tanta felicidad llegara a nuestra familia.
Gabriel fue los primeros días de su vida un bebé muy tranquilo, poco lloraba y dormía perfecto, yo quería despertarlo para jugar con el, sentía que era indefenso ante todo, era tan pequeño pero tan hermoso, que juro que mis ojos no han visto una cosa mas hermosa que él (son los ojos de madre).

Todos los “cliches”, toda la cursilería me acompañan desde ese entonces, creo que es toda la cosa hormonal que nos hace así, pero no importa, acepto que ahora soy así y sin dudas, más allá de los inconvenientes; puedo dar fe que el día que nació Gabriel fue uno de lo mas felices y hermosos de mi vida.

El gordo con Gabo

La primera foto de mi Gabo

Mi primer intento con la lactancia