Quienes tienen hijos, saben que las pocas horas que
éstos descansan son las únicas que disponen las madres para hacer cosas y
descansar (Aunque uno crea que nunca descansa).
Gabriel desde pequeño y aun ahora que tiene 2 años,
toma regularmente la siesta en el día, permitiéndome hacer cosas en casa, comer
en paz y en algunas oportunidades hasta medio cerrar un ojo y descansar.
Al nacer Diego, la cosa medio se complico, aunque los
niños pequeños duermen más en el día, Diego ha tenido el sueño bastante
sensible y se despierta casi por cualquier cosa. (Léase cualquier cosa, como
cualquier ruido que hace Gabo).
Al crecer Diego, la cosa empeoro, pues ya no le da
tanto sueño y quiere pasar el día jugando.
Así que nos trazamos una estrategia que nos permita
que ambos duerman al menos 3 horas seguidas después del almuerzo, y podamos
aprovechar este hermoso momento de paz, silencio, tranquilidad para nosotros.
El primer paso fue elegir la hora del descanso, esta
coincide con la misma hora que los niños toman la siesta en el cole cuando van
a clases (en este caso solo Gabo que va al cole), la hora es después del
almuerzo (tipo 12:30 pm).
El segundo paso es tratar de tenerles la barriguita
llena, en el caso de Gabo que no es de mucho comer, a veces corro con la suerte
que almuerce antes de esa hora, otras solo merienda y tetero. Con Diego es sencillo pues come a las 12m
religiosamente.
Tercer paso, el baño matador, la clave del éxito es
darles un rico baño con agua tibia, que los relaje, los refresque y permita el
descanso.
Cuarto paso, un tetero para ponerle el punto final al
asunto.
En el caso de Diego debo tomar una previsión
adicional, pues es muy caluroso, y debo encenderle el aire acondicionado para
facilitar su descanso.
A veces esta rutina perfecta no tiene los resultados
esperados, los niños están mas activos, quieren jugar… que se yo!!! Pero la
mayoría del tiempo los niños alcanzan a descansar al igual que nosotros.
La satisfacción del objetivo cumplido |
Hemos tratado de respetar las horas de sueño de
nuestros hijos, por lo que evitamos salir de casa en éstas horas, lo que haya
que hacer en la calle lo hacemos o temprano en la mañana o después de las
4pm. Cuando salimos a esas horas, los
niños se ponen irritables y terminan quedándose dormidos.
Los días que Gabriel no puede tomar su siesta, son los
peores días… se pone irritable, no come, solo llora y no logra descansar ni
divertirse, es por eso que soy súper celosa con la hora de descanso. En el caso de Diego no es tan grave, pues él
logra descansar a pesar que las condiciones no sean a las que está
acostumbrado.
Ahora que nos vamos de vacaciones y pasaremos casi la
totalidad del día en la calle, entre parques y centros comerciales, tendré que
implementar nuevas estrategias para lograr que duerman.
Luego les contaré.
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