lunes, 30 de julio de 2012

Sincronizando el descanso


Quienes tienen hijos, saben que las pocas horas que éstos descansan son las únicas que disponen las madres para hacer cosas y descansar (Aunque uno crea que nunca descansa).
Gabriel desde pequeño y aun ahora que tiene 2 años, toma regularmente la siesta en el día, permitiéndome hacer cosas en casa, comer en paz y en algunas oportunidades hasta medio cerrar un ojo y descansar.

Al nacer Diego, la cosa medio se complico, aunque los niños pequeños duermen más en el día, Diego ha tenido el sueño bastante sensible y se despierta casi por cualquier cosa. (Léase cualquier cosa, como cualquier ruido que hace Gabo).

Al crecer Diego, la cosa empeoro, pues ya no le da tanto sueño y quiere pasar el día jugando.

Así que nos trazamos una estrategia que nos permita que ambos duerman al menos 3 horas seguidas después del almuerzo, y podamos aprovechar este hermoso momento de paz, silencio, tranquilidad para nosotros.

El primer paso fue elegir la hora del descanso, esta coincide con la misma hora que los niños toman la siesta en el cole cuando van a clases (en este caso solo Gabo que va al cole), la hora es después del almuerzo (tipo 12:30 pm).

El segundo paso es tratar de tenerles la barriguita llena, en el caso de Gabo que no es de mucho comer, a veces corro con la suerte que almuerce antes de esa hora, otras solo merienda y tetero.  Con Diego es sencillo pues come a las 12m religiosamente.

Tercer paso, el baño matador, la clave del éxito es darles un rico baño con agua tibia, que los relaje, los refresque y permita el descanso.

Cuarto paso, un tetero para ponerle el punto final al asunto.


En el caso de Diego debo tomar una previsión adicional, pues es muy caluroso, y debo encenderle el aire acondicionado para facilitar su descanso.
A veces esta rutina perfecta no tiene los resultados esperados, los niños están mas activos, quieren jugar… que se yo!!! Pero la mayoría del tiempo los niños alcanzan a descansar al igual que nosotros.

La satisfacción del objetivo cumplido


Hemos tratado de respetar las horas de sueño de nuestros hijos, por lo que evitamos salir de casa en éstas horas, lo que haya que hacer en la calle lo hacemos o temprano en la mañana o después de las 4pm.  Cuando salimos a esas horas, los niños se ponen irritables y terminan quedándose dormidos.

Los días que Gabriel no puede tomar su siesta, son los peores días… se pone irritable, no come, solo llora y no logra descansar ni divertirse, es por eso que soy súper celosa con la hora de descanso.  En el caso de Diego no es tan grave, pues él logra descansar a pesar que las condiciones no sean a las que está acostumbrado.



Ahora que nos vamos de vacaciones y pasaremos casi la totalidad del día en la calle, entre parques y centros comerciales, tendré que implementar nuevas estrategias para lograr que duerman.

Luego les contaré.

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