viernes, 2 de agosto de 2013

Ser mamá

Leí esto hoy, y con motivo de celebrarse la semana mundial de la lactancia materna quise retomar mi blog, por lo que les comparto esta maravillosa lectura...

Estábamos sentados a la hora de almuerzo cuando mi hija casualmentemencionó que ella y su marido estaban pensando en "formar una familia". "

Estamos haciendo una encuesta", bromeó! "¿Crees tú que debería tener un bebé?""
Te va a cambiar la vida" dije yo, manteniendo un tono neutral.

" Ya sé" dijo ella, "no más dormir el fin de semana, no más vacaciones espontáneas", pero no era a eso a lo que yo me refería.

Miré a mi hija, tratando de decidir qué decirle. Quería contarle que las heridas físicas de tener un bebé sanarían, pero convertirse en madre le dejaría una herida emocional tan grande que la haría para siempre vulnerable. Quería decirle que nunca más leería el diario sin preguntar: 
"¿y si ese hubiera sido MI hijo?".Que cada caída de avión, cada casa que se incendia, cada accidente de tránsito la van a perseguir.

Que cuando vea una foto de un niño hambriento, se preguntará si no hay nada peor en la vida que ver a tu propio hijo morir.

Miré sus manos con manicure y su perfecto traje de dos piezas y pensé que sin importar cuan sofisticada es ella, convertirse en madre la reducirá al nivel más primitivo donde lo más importante es proteger a su crío.

Que el llamado urgente de "mamá!!!" le hará quebrar su fuente de cristal más fino sin siquiera dudarlo.

Me gustaría advertirle que sin importar cuantos años ha invertido en su carrera, serán descarrilados por la maternidad.

Podrá contratar una nana, pero algún día tendrá que ir a una importante reunión y recordará el dulce olor de su bebé. Tendrá que endurecer su corazón para no volver corriendo a casa, solo para asegurarse de que está bien.

Quería decirle a mi hija que las decisiones comunes de cada día ya no serán rutina. Que la decisión de un niño de 5 años de ir al baño de varones en Mc Donald's en vez de el de mujeres será un problema gigante.

Allí, en medio de las bandejas y los gritos de otros niños, los asuntos de independencia e identidad de género chocarán contra la idea de un pedófilo esperando en ese baño de varones.

Cualquier decisión que tome en la oficina, la repensará constantemente como madre.

Mirando a mi atractiva hija, le quería asegurar que eventualmente perderá los kilitos de más del embarazo, pero nunca más se sentirá igual consigo misma. Que su vida, ahora tan importante, pasará a segundo plano una vez que su bebé haya nacido.

Ahora que ella daría su vida en un momento por salvar a su bebé, también comenzará a pedir por más años de vida, no para cumplir sus sueños, sino para ver los de sus hijos cumplidos. Quería decirle que la cicatriz de la cesárea y las estrías se convertirían en sus medallas de honor.

La relación de mi hija y su marido cambiará, pero no de la manera que ella piensa. Ojalá ella entendiera cuánto más se puede amar a un hombre que es cuidadoso para poner talco a su bebé o que siempre tiene tiempo para jugar con él.

Quiero que sepa que se volverá a enamorar de su marido por razones que ahora encontraría muy poco románticas.

Quisiera que ella pudiera sentir el lazo que tendrá con otras mujeres que han tratado de detener guerras, acabar con los prejuicios y no manejar bajo los efectos del alcohol.

Quiero describirle a mi hija la felicidad que se siente al ver a tu hijo aprender a andar en bicicleta. Quiero capturar para ella la risita divertida de un bebé cuando toca por primera vez el pelaje de un perrito o de un gato. Quiero traspasarle esa alegría.

La mirada interrogante de mi hija me hizo notar lágrimas en mis ojos. "Nunca te arrepentirás", dije finalmente. Me acerqué a ella, apreté sus manos y le deseé lo mejor, ya que había recibido el más maravilloso de los llamados... 

Doy gracias a Dios por haberme echo mamá y por la maravillosa familia que me ha regalado!.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Caracas TE QUIERO!!





Caracas es una ciudad horrible! la inseguridad, el tráfico, los motorizados, los interminables cerros y sus ranchos, la hostilidad, la anarquía... todo hace que esta ciudad sea un verdadero infierno.

Luego de vivir 10 años en esta ciudad entendí porque los caraqueños aman tanto "El Ávila", es que es el escape perfecto, hasta cuando estás en la Mega Cola, con los 3 millones de motorizados pasándote a mil por hora a sólo 2 cm de tu carro, y sin poder ni ver el celular, pues esta escondido en lo más profundo de la cartera “pa’ que no te lo roben”, puedes voltear al norte y allí esta... imponente, hermoso, disponible para todos: En lo que pareciera ser la peor mañana de tu vida sólo tienes que ver El Ávila y todo mejora.

Y es así como poco a poco aprendí a querer a esta extraña ciudad, de la cual no soy originaria, pero en la que me he acostumbrado a vivir...

Vivir en Caracas, es toda una travesía, ir de un sitio a otro toma como poco una hora, así que el tema con los niños no está fácil.

Poco a poco hemos tenido que adaptar nuestras rutinas para hacerlo todo más temprano, mas organizado, de forma de que esta ciudad no nos complique tanto.

Una de las cosas que “el gordo” (él insistió que le pusiera comillas porque él ya no está gordo, solo que yo le digo de cariño así) y yo nos hemos propuesto hacer, es llevar a los niños a conocer los parques de la ciudad,  y debo confesar que luego de 10 años aquí, empecé a conocer los tesoros que tenemos.

Están los más famosos como el Parque del Este y Los Próceres, que son impelables y hermosos; pero también hay otros menos concurridos como el Parque de Los Caobos, el Parque Zoológico El Pinar; Parque Zoológico Caricuao, Parque del Oeste, Los Chorros… que también son hermosos.
Para los niños cualquier excusa para salir de casa e ir a un parque es válida, lo disfrutan un mundo y no les importa mucho cual sea el objetivo final del asunto, pero todo lo que hagamos con nuestros hijos debe tener un propósito, no siempre el educativo, puede ser compartir, conocer, aprender a amar la naturaleza… no sólo debe ser “pa´ salir de la casa”

Aqui en Los Proceres

Una fuente hermosa en el Parque Los Caobos


También llevamos a los niños al teleférico y a Galipán (para el bautizo de Diego) y al ver Caracas a los lejos solo puedes decir “CARACAS TE QUIERO”, frase que repitió Gabriel como loco (bueno como es él) durante todo el trayecto de subir y bajar del cielo, perdón de El Ávila, y que me llenan de orgullo y felicidad enorme, pues él apenas con 2 años ya tiene ese sentimiento de pertenencia, que me asegura que será un gran hombre que amará este país como nosotros.
 
Todos sabemos que no todas las cosas las enseñan en la escuela, gran parte de la enseñanza la damos en casa, pues entonces  ¡Enseñemos a querer!

jueves, 8 de noviembre de 2012

Simplificando la comida




En mis tiempos de adolescente, de universitaria y en general de soltera, jamás pensé que iba a llegar a cocinar algo más que una arepa o un sándwich.  Aún más allá de casada (recién casada claro) muy poco cocine, creo que el gordo siempre tuvo miedo de morir intoxicado (jejeje).
Lo cierto es que cuando Gabriel cumplió 3 meses me propuse que toda la comida que comiera mi hijo la haría yo!! No sabía lo que decía, pues no hay nada más esclavizante en la vida que cocinar. Y ahora que tengo a 2 pues peor.

Lo cierto es que para una mamá que trabaja y vive en una ciudad tan compleja como Caracas, es muy difícil cocinar comida variada, rica, nutritiva y fresca todos los días para un total de 5 comidas al día (Desayuno, merienda, almuerzo, merienda y cena), la verdad no es que es muy difícil, la verdad es que toma mucho tiempo y como tiempo es lo que menos tengo pues he aprendido algunas cosas de la comida las cuales quiero compartir con ustedes:

1.       Es necesario realizar una planificación de lo que se va a comer a lo largo de un mes, con el fin de evitar repeticiones exageradas de un tipo de alimento, lo cual puede aburrir a los bebés.
2.       Realizar las compras cada semana y en función a los menús planificados, esto permitirá tener comida fresca todas las semanas y evita que la comida se dañe en la nevera.  Algunas frutas las compro un poquito verdes con el fin que vayan madurando en la semana y estén en el punto exacto cuando las voy a necesitar, otras frutas las compro ya maduras para utilizarlas los primeros días luego de las compras.
3.       Al llegar del mercado se lavan, pelan y cortan las verduras y frutas en las porciones que se utilizarán (en los casos que sea posible por ejemplo: apio, auyama, guanábana, mangos, patilla), algunas verduras van al congelador para ser utilizadas luego.
4.       Para realizar las sopas lo que hago al llegar del mercado es hacer la base (caldo) de la sopa con pollo o carne de res y cebolla, pimentón, apio España, celery y un poco de sal.  Este caldo lo guardo en porciones individuales en el congelador y luego las voy descongelando para hacer sopas en la medida que lo vaya necesitando, agregando los vegetales (apio, auyama, calabacín, ocumo, ñame) que quiera.
5.       Mis hijos comen mucho arroz, por lo que elaboro el arroz en suficiente cantidad una vez a la semana y allí voy tomando la cantidad que requiera para sus comidas.
6.       La carne molida y el pollo molido lo aliño (cebolla, pimentón y ají dulce picado y sofrito) y lo guardo en porciones individuales crudo en el congelador, de manera de ir descongelando sólo lo que se utiliza. 

Como verán hay mucho trabajo los fines de semana al llegar del mercado, pero luego en la semana se facilita mucho, solo hay que descongelar las porciones y cocinar… Voilá

Mi Gabo comelon

Diego eligiendo sus comidas... jejejeje

lunes, 30 de julio de 2012

Sincronizando el descanso


Quienes tienen hijos, saben que las pocas horas que éstos descansan son las únicas que disponen las madres para hacer cosas y descansar (Aunque uno crea que nunca descansa).
Gabriel desde pequeño y aun ahora que tiene 2 años, toma regularmente la siesta en el día, permitiéndome hacer cosas en casa, comer en paz y en algunas oportunidades hasta medio cerrar un ojo y descansar.

Al nacer Diego, la cosa medio se complico, aunque los niños pequeños duermen más en el día, Diego ha tenido el sueño bastante sensible y se despierta casi por cualquier cosa. (Léase cualquier cosa, como cualquier ruido que hace Gabo).

Al crecer Diego, la cosa empeoro, pues ya no le da tanto sueño y quiere pasar el día jugando.

Así que nos trazamos una estrategia que nos permita que ambos duerman al menos 3 horas seguidas después del almuerzo, y podamos aprovechar este hermoso momento de paz, silencio, tranquilidad para nosotros.

El primer paso fue elegir la hora del descanso, esta coincide con la misma hora que los niños toman la siesta en el cole cuando van a clases (en este caso solo Gabo que va al cole), la hora es después del almuerzo (tipo 12:30 pm).

El segundo paso es tratar de tenerles la barriguita llena, en el caso de Gabo que no es de mucho comer, a veces corro con la suerte que almuerce antes de esa hora, otras solo merienda y tetero.  Con Diego es sencillo pues come a las 12m religiosamente.

Tercer paso, el baño matador, la clave del éxito es darles un rico baño con agua tibia, que los relaje, los refresque y permita el descanso.

Cuarto paso, un tetero para ponerle el punto final al asunto.


En el caso de Diego debo tomar una previsión adicional, pues es muy caluroso, y debo encenderle el aire acondicionado para facilitar su descanso.
A veces esta rutina perfecta no tiene los resultados esperados, los niños están mas activos, quieren jugar… que se yo!!! Pero la mayoría del tiempo los niños alcanzan a descansar al igual que nosotros.

La satisfacción del objetivo cumplido


Hemos tratado de respetar las horas de sueño de nuestros hijos, por lo que evitamos salir de casa en éstas horas, lo que haya que hacer en la calle lo hacemos o temprano en la mañana o después de las 4pm.  Cuando salimos a esas horas, los niños se ponen irritables y terminan quedándose dormidos.

Los días que Gabriel no puede tomar su siesta, son los peores días… se pone irritable, no come, solo llora y no logra descansar ni divertirse, es por eso que soy súper celosa con la hora de descanso.  En el caso de Diego no es tan grave, pues él logra descansar a pesar que las condiciones no sean a las que está acostumbrado.



Ahora que nos vamos de vacaciones y pasaremos casi la totalidad del día en la calle, entre parques y centros comerciales, tendré que implementar nuevas estrategias para lograr que duerman.

Luego les contaré.

martes, 17 de julio de 2012

Un día de playa



Lo que yo quería de un día de playa

Desde que me mude a Caracas (hace unos cuantos años) decidí ir a la playa por lo menos una vez al mes, después de vivir tanto tiempo lejos de la costa, una vez cerca no iba a perder la oportunidad de tener el mejor bronceado. 

Tanto es mi amor al mar (cosa que comparto con el gordo) que decidimos casarnos en la playa.

Con los niños quise seguir mi rutina de ir a la playa regularmente, me encantaba la idea, les compre de todo: como 5 trajes de baños, con sus pantuflas, sandalias, juguetes y demás implementos que se requieren.

Preparar el bolso playero de los niños resulto una tarea titánica, pues no quería dejar nada que pudiera necesitar, quería llevar toda la ropa, la comida, los juguetes, cremas, bebidas… de todo. Y la cosa resulto un maletón!!!

Súmale al maletón de los niños, las cosas mías, más las sillas playeras, la sombrilla, la cava, el agua, los vasos, etc….

Llegados (luego de mil horas de preparación y tráfico) a la playa, resulto que a los niños les dio hambre, sueño, fastidio, calor, miedo… de todo, en el mismo momento en que teníamos que instalarnos en la playa. Como pudimos los atendimos para que no lloraran más y poder instalarnos.

Gabriel con su papá


Ilusa yo! Al creer que el día de playa seria un día relajado, recostada en una tumbona, tomando sol, con una piña colada en mano.  Que inocente! Mi día se pasó dando de comer, cambiando pañales, lavando manos (para que no comieran arena, lo que les atraía mucho), limpiando vómito (no se que les cayó mal, pudo haber sido la arena), durmiéndolos, es decir, todo fue un desastre.

Diego no se enteró de lo que pasaba, él solo quería tetica y dormir


Al finalizar el día de playa, reflexione junto al gordo de lo que había pasado, y nos dimos cuenta que teníamos que adaptar nuestras expectativas acerca de lo que significa un día de playa (olvídate de la tumbona y de la piña colada) y simplificar nuestros días de playa.

Así fue! Nos adaptamos, simplificamos y pudimos disfrutar de días de playa, ahora con nuevas expectativas de ver a los niños disfrutar del mar, de la arena, de su piscina… ha hecho que retomemos de nuevo nuestro amor al mar.

Descubrí además que los azules del mar y lo blanco de la arena, me da el escenario perfecto para tomar las fotos más hermosas de mis chiquititos.

Mi inspiración


En fin, todas las experiencias con mis hijos me dejan un aprendizaje, y en este caso es que hay que adaptarse, cambiar y disfrutar cada regalo maravilloso que nos da la vida.

martes, 26 de junio de 2012

Lactancia materna: Mi testimonio

El galán de la casa


Desde que salí embarazada de Gabriel fue mi sueño dar pecho, sabía de algunos de los beneficios de la lactancia materna, pero hoy estoy segura que no sabía ni el 10% de lo que debía saber.

Sin mucho conocimiento del cómo, inicie la lactancia con una pequeña charla que me dieron en la clínica unas horas después de que Gabriel naciera… con la habitación repleta de gente celebrando, yo con el dolor de la cesárea y sin ver bien, me explicaron como debía ponerlo y que le diera 10 minutos por cada pecho.

Siguiendo éstas instrucciones y con la mayor ilusión y amor del mundo empecé a tratar de darle pecho a Gabo, cosa que no dio muy buenos resultados y ante la insistencia de las enfermeras deje que le dieran formula mientras estábamos en la clínica.

La experiencia en casa no fue muy diferente, ante la incertidumbre de si el bebé comía suficiente o no, “complementaba” con algunas onzas de leche de formula.  Por otro lado trataba de sacarme la leche con el tira leche y no me salía nada, todo el mundo decía que no me iba a salir leche, me dieron (siempre con la mejor intención) 50 mil consejos de cosas de tomar para que me bajara leche (cosa que nunca hice pues no me gustan los remedios caseros). Cuando salía de casa le daba sólo tetero pues me parecía de muy mal gusto amamantar a un niño en público. En fin cometí todos los errores que se pueden cometer con la lactancia, realmente mi experiencia con Gabo solo sirvió para saber en carne propia lo que NO se debía hacer.  La lactancia con Gabriel (o el intento de lactancia) duró poco más de un mes.

Cuando me enteré que estaba embarazada de Diego dije “esta vez si será diferente” y bueno en principio lo fue, el primer día que me lo llevaron de una vez lo pegue al pecho, lo primero que trate de romper fue mi paradigma de dar pecho mientras había otra gente presente, y sin importar quien estuviera de visita di pecho, en la noche se llevaron a Diego para que yo descansara y el resultado fue que mis pechos se estaban explotando, pues él me había estimulado suficiente durante el día para que mi producción de leche aumentara.

En casa todo siguió muy bien, seguía dando pecho de forma exclusiva (a pesar del gran dolor y desgaste físico que eso representa), hasta que se me rompieron los pezones, acudí al medico quien me dijo que le podía dar formula mientras mejoraba mi situación,  paralelo a esto inició un fenómeno espantoso que no le deseo a nadie: la bendita hora de la inquietud, hora del llanto, hora del cólico o como le quieran decir (en el caso de Diego eran HORAS), así Diego a partir de las 5 pm empezaba a llorar sin consuelo y sin razón aparente, hasta 4 horas al día… cosa que enloquece a cualquiera.  Fui al medico y me recetaron diferentes medicamentos pues tenía reflujo, me cambiaron la formula, deje de darle pecho y la cosa no mejoro, regrese al medico, más medicamentos, otra formula y tampoco funcionó.
Adicionalmente Diego enfermó con Otitis y nos mantuvieron hospitalizados 3 días, en los cuales devolvía todo el tetero que tomaba, así que mi instinto materno se activo y empecé a dar pecho de nuevo y noté que no lo devolvía.

Varias personas me habían recomendado que asistiera a un centro de apoyo de lactancia, pero siempre puse de excusa el tiempo… Mi amiga MariaT estaba pasando por una situación similar a la mía y asistió a uno de estos centros y su bebé había mejorado considerablemente.

Así que pedí una cita y asistí, y realmente doy gracias a Dios por haberme llevado hasta ese lugar… era increíble todo lo que no sabía, todos los errores que había cometido, sólo quería devolver a tiempo y poder darle pecho a Gabriel, pues pude entender porque Gabo se enfermo tanto en su primer año de vida, porque tenía ese desapego conmigo… entendí muchas cosas. Pero como el tiempo no se puede devolver, salí de Leche y Miel (así se llama mi centro de apoyo a la lactancia) con la convicción de que nada haría que dejara de dar pecho a Diego de forma exclusiva al menos hasta los 6 meses.

Hoy Diego tiene 8 meses, la experiencia de lactancia materna con Diego ha sido muy gratificante, no les digo que a veces he dudado, he flaqueado, me he cansado y le he dado un tetero, pero les puedo decir que al menos el 90% de las veces le doy pecho, sin miedo, sin pena y con la convicción de que le estoy dando el mejor regalo.

Han sido muchos los paradigmas que he tenido que romper,  las veces que he tenido que escuchar “es que seguro ya no te sale leche” o “esa tetica ya no lo llena”, las noches que me he tenido que levantar a dar pecho, las veces que he tenido que dejar a Gabo para darle pecho a Diego, pero todo sacrificio tiene su recompensa, comparo con mi experiencia con Gabo y con Diego y han sido tan diferentes, pero de ambas he aprendido…

En conclusión, les quiero recomendar a las lectoras que estén por iniciarse en esta hermosa tarea que busquen ayuda profesional pro lactancia, no importa lo mucho que sepan o crean saber del tema, siempre es bueno tener a ese alguien externo que por lo menos te diga que lo estas haciendo bien y te de esa dosis de estimulo que se necesita para seguir adelante.

Nadie me mira con tanto amor como Diego

martes, 12 de junio de 2012

El nacimiento de Diego


 El embarazo de Diego fue una maravilla, casi ningún malestar, engordé menos, me sentía súper bien, sólo el cansancio de la barriga más el de trajinar con Gabriel.

Todo listo para la llegada de Diego: maleta, logística de Gabriel (que estaría en el cole para no perturbar su rutina), recuerdos, brindis,  regalo de Gabriel, todo estaba listo. Solo me preocupaba que volviera a tener el problema de visión que había presentado en la primera cesárea, le manifesté a mis médicos esta preocupación y tomaran todas las previsiones del caso.

La experiencia de la cesárea fue totalmente diferente, ya sabía lo que iba a pasar y tenia la ansiedad controlada, el anestesiólogo me explicaba cada cosa que iba a hacer y como me iba a sentir, el gordo pudo acompañarme de nuevo, todo fue más relajado… finalmente a las 10:23 AM del 14/10/2011 Diego llegó al mundo mientras escuchábamos en el quirófano “Rabiosa” de Shakira.

Esta vez si pude ver cuando me acercaron a Diego, estaba tan feliz, el milagro se había materializado, lo besé, me lo quería comer… que momento tan hermoso. Diego llegó para completar mi vida, en ese momento sentí que no necesitaba más nada…

La primera vez que vi a mi Diego, que felicidad!!

  • Como mujer fue una gran afirmación poder concebir un bebé sin ayuda de la ciencia.
  • Como madre la oportunidad de darle a Gabriel un compañero de vida, aprendí de mi experiencia con mi hermano, que tenerlos es un regalo para toda la vida, el amor de hermanos es hermoso.
  • Tener una pareja de varones, tan hermosos como mis hijos, es súper rico, se que siempre me van a cuidar y a proteger.


Saludando a la camara
La recuperación fue súper rápida, casi de inmediato me llevaron a la habitación y pude tener a Diego en mis brazos, darle pecho por primera vez (con la convicción de que esta vez si lograría tener una lactancia exitosa), sólo me preocupaba la reacción de Gabriel cuando viera a su hermano, ya habíamos tratado de prepararlo para ese momento, pero no era garantía que lo asimilaría bien.

Tardó horas en llegar, la ansiedad me estaba matando, todos nuestros amigos y familiares estaban allí, y al fin llego Gabo, que por supuesto no tenía la más mínima idea de lo que pasaba, no entendía porque yo estaba en esa cama, que tenia cargado y porque no podía jugar con el.
La Familia Ceballos Sanabria reunida, mi sueño hecho realidad
Igual reacción fue cuando llegamos a la casa con Gabriel, trato de acercarse, pero yo tenía tanto miedo de que le hiciera daño a Diego, que escasamente dejé que se acercara.

Poco a poco se ha hecho la idea de que Diego esta en casa y que ya no toda la atención es para él, ha tenido varias fluctuaciones en su comportamiento y hemos entendido que es normal por todos los cambios que está atravesando, además siempre le exigimos más, queremos que sea “el hermano mayor” pero resulta que él también es un bebé.

Mis chiquitos adaptándose a compartir
El caos que representa tener un bebé nuevo en casa se sumo al caos que ya significaba tener a Gabo… y ahora es el caos total; pero nos hemos ido adaptando maravillosamente a esta experiencia, aceptando y aprendiendo, esas son las dos cl